Para comprenderlo bien, sigamos con la analogía de la habitación con personas (Figura 2b).
Si los individuos de la Figura 2b comienzan a ir más deprisa (aumenta la velocidad v), las colisiones serán más probables y el ambiente se hace más tenso – mayor presión – y más cargado – mayor temperatura.
La ecuación (6) sirve también para explicar las diferencias entre los estados físicos de las sustancias (Figura 3). Si partimos de una sustancia gaseosa (Figura 3a) y comenzamos a enfriarla, la temperatura bajará hasta que se convierta en estado líquido. El estado líquido es, por tanto, mucho más cohesionado que el gaseoso, ya que las partículas se mueven con mucha menos velocidad y están más próximas entre sí, tal y como podemos observar en la Figura 3b.
No obstante, en el estado líquido las moléculas siguen moviéndose. Si continuamos enfriando, en virtud de la ecuación (6), la velocidad de las moléculas seguirá disminuyendo y las partículas acabarán ocupando posiciones más o menos fijas y vibrando en torno a ellas. Tan sólo en el cero absoluto ( – 273,15 ºC ) las moléculas dejarían de moverse por completo.
Figura 3. Los tres estados físicos de la materia más habituales según la teoría cinética
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